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Cómo evitar y convivir con la ansiedad

El desgaste psicológico que causa la ansiedad es impresionante. En primer lugar, es capaz de paralizar a una persona a un punto de no poder trabajar, dormir, salir de su casa ni vivir plenamente.

En segundo lugar, puede ser la causa por la que una persona sufra de depresión severa y en el peor de los casos, la lleve al suicidio.

De cualquier forma, el problema de ansiedad se tiene que tratar a tiempo. En lo absoluto debe ser subestimado y tampoco debe ser objeto de burlas, vergüenza o mucho menos debe considerarse como algo ligero y sin importancia.

Hay que tener en cuenta que los problemas afectan al día a día. También la presión, la carga de trabajo, las responsabilidades, o incluso, algo aparentemente sencillo como las tareas del hogar, pueden causar ansiedad. Por este motivo es normal que vivamos con ansiedad. Y más, en los tiempos actuales, en donde la pandemia ha causado estragos a la salud mental, a la tranquilidad emocional y a la plenitud. 

No obstante, hay que evitar que el sentimiento de ansiedad nos afecte demasiado y que se convierta en algo perdurable en el tiempo. En las próximas líneas, te revelaremos algunas claves fundamentales para evitar la ansiedad y aprender a convivir con ella sin que nos domine ni nos paralice.

¿Qué es la ansiedad?

Para solucionar el problema de la ansiedad se debe atacar de raíz. De hecho, es la única manera en que podamos encontrar una solución eficaz y definitiva. Debemos conocerla a fondo, su concepto, síntomas, de qué se trata, cómo tratarla y por supuesto, cómo solucionarla.

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La ansiedad es mucho más que un cúmulo de emociones negativas o estados de ánimos cambiantes. Ciertamente, estos aspectos forman parte de la ansiedad y sus consecuencias, pero no la definen con exactitud. 

Es un sentimiento extremo de preocupación y miedo intenso que se produce continuamente ante cualquier tipo de situación cotidiana. Desde cualquier actividad relativamente sencilla hasta la más compleja, pueden disparar a la ansiedad.

¿Cómo saber si tengo ansiedad? Entre otras cosas, es probable que cause taquicardia, respiración agitada, sudoración extrema, sensación de cansancio y hasta dolores estomacales.

Claro está, la ansiedad en algunas situaciones es normal, saludable y necesaria. Es más, ante cualquier situación en donde se percibe peligro es vital que sientas ansiedad porque en estos casos, permite ponerte alerta y buscar soluciones que te mantengan a salvo.

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Ahora bien, el problema radica cuando perdura mucho tiempo. También, cuando aparece ante situaciones que no son amenazantes ni peligrosas. En estos casos, se hace necesario ayuda profesional para poder superarla.

Cuando la ansiedad se hace crónica, se convierte en el peor enemigo de una persona. En consecuencia, puede llegar a afectar de una manera muy negativa, a tal punto de no permitir cumplir metas, objetivos ni hacer nada en la vida.

En un escenario intenso de ansiedad, el sentimiento: “malestar contigo mismo” se hace presente todos los días. Ya sea en forma de pensamientos, de fobia social, temor a salir a la calle o incluso, incapacidad de hacer algo productivo

Por ello, ante cualquier síntoma, hay que permanecer alerta y comenzar a trabajar para evitarla y no afecte nuestra cotidianidad.

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Síntomas de la ansiedad

Cuando la ansiedad es crónica aparece todos los días y es difícil de controlar. De hecho, los sentimientos negativos que produce, son desproporcionados en comparación con un peligro real y por lo general, duran un largo tiempo.

En consecuencia, puede que evites ciertos lugares, situaciones o incluso personas, con la finalidad de prevenir estos sentimientos.

Ahora bien, ¿cuáles son los síntomas? ¿cuándo comienzan a aparecer? ¿pueden aparecer de la noche a la mañana? En realidad, la sintomatología de la ansiedad puede aparecer en la infancia y adolescencia y permanecer hasta la edad adulta, o también, puede aparecer en la edad adulta. 

Es decir, no hay una edad específica o edad determinada para que comiencen a aparecer síntomas de ansiedad. 

Por otro lado, no se ha comprobado a ciencia cierta si la ansiedad aparece de la noche a la mañana. Lo que sí es un hecho, es que los síntomas comienzan a aparecer uno a uno, hasta que se hacen recurrentes.

Por ejemplo, puede que una persona comience a experimentar tristeza, frustración o incomodidad frecuente ante una situación en su lugar de trabajo. 

Seguidamente, empieza a repetir estos mismos sentimientos constantemente y luego de un tiempo, esos mismos sentimientos que en apariencia parecían pasajeros o inofensivos, se convierten en una ansiedad laboral crónica difícil de controlar. 

De esta manera actúa la ansiedad. Primero comienza con uno o varios sentimientos recurrentes ante una situación y luego con el tiempo van apareciendo más y más síntomas que terminan por convertirse en un trastorno de ansiedad crónico.

Entonces, ¿cuáles son los síntomas?  Algunos signos y síntomas de la ansiedad que, por lo general, son los más comunes incluyen:

– Sensación extrema de nerviosismo, tensión, desasosiego o agitación.

– Sensación extrema de peligro, pánico, o miedo a una catástrofe.

Aceleración del ritmo cardíaco.

Hiperventilación, respiración muy acelerada.

– Sudoración extrema.

– Temblores en todo el cuerpo y sensación general de debilidad de no poder controlar el cuerpo.

Cansancio extremo, pesadez mental.

Dificultad para concentrarse.

– Pensamientos excesivos en la situación que preocupa y causa ansiedad.

Problemas para dormir (Trastornos del sueño).

– Problemas gastrointestinales.

– Dificultad para controlar preocupaciones.

– Necesidad de evitar la situación que genera ansiedad.

– Falta de apetito o apetito en extremo y descontrolado.

Fatalismo, desesperanza y ganas de llorar constantes.

– Entre otros…

Cabe destacar que todos, o la mayoría de estos síntomas se experimentan en extremo cuando son asociados a la ansiedad. Es decir, quizás en una situación normal aparecen de forma gradual o menor.

Pero cuando se trata de alguien ansioso, se experimentan el doble o triple de lo que normalmente se padecen. 

Por eso es tan importante tratar a tiempo la ansiedad ya que, en suma, todos sus síntomas pueden llevar a la persona a una permanente enfermedad general que, en el peor de los casos, podría terminar con intentos de suicidios, suicidios perpetrados o depresión severa.

¿Cómo evitar y convivir con la ansiedad?

La ansiedad es una afección que se puede evitar o incluso, se puede aprender a vivir con ella. A partir de un estado de reflexión profunda y con el compromiso de querer cambiar positivamente, se pueden aplicar ciertas estrategias que te ayudarán a lidiar con la ansiedad:

1. Hacer ejercicios

Mantener una rutina de ejercicios físicos es una de las mejores formas de combatirla. Del mismo modo, se recomienda para el control de la ira, cansancio, agotamiento mental y para cualquier síntoma consecuencia de la ansiedad. 

Aunque parezca contradictorio, someter al cuerpo a situaciones de esfuerzo físico puede aliviar la ansiedad en general. 

Es más, está comprobado científicamente que aquellas personas que se ejercitan con mayor regularidad, tienen menos posibilidad de padecer ansiedad, estrés, depresión, e incluso, son más capaces de gestionar las emociones con asertividad. Incluso, para casos en donde la ansiedad produce problemas de comunicación, también se recomienda ejercitarse. No hace falta que te conviertas en un fanático del ejercicio, basta con solo mantenerte activo físicamente al menos, unas dos o tres veces por semana y durante unos 30 – 40 min. 

¿Cómo actúa la actividad física en función de reducir la ansiedad? A largo plazo, el ejercicio reduce notablemente las hormonas que causan estrés en tu cuerpo como el cortisol. Además, ayuda a liberar endorfinas lo que se traduce como una gran mejoría del estado de ánimo y, por ende, en una reducción de ansiedad. 

Adicionalmente el ejercicio actúa como analgésico natural, calmando así cualquier sentimiento de desasosiego, intranquilidad, pánico o miedo. Por último, la actividad física es capaz de mejorar la calidad del sueño, fortalecer la confianza y promover el bienestar mental de quien padece estrés.

2. Aprender a decir “no”

¿Cuántas veces has sentido ansiedad por no saber decir “no” oportunamente? Seguramente muchas. Esto es algo muy común que le ha sucedido a la mayoría de las personas. 

Pasa que una gran parte de las situaciones de ansiedad tienen su origen en decir “sí” a todo y a todos, por temor a ser rechazado. Como consecuencia, terminamos sumidos ante una ansiedad crónica que se repite una y otra vez.

Esto aplica para todos los ámbitos. Por ejemplo, en el plano emocional, sobre todo en las relaciones de pareja, se dan situaciones por no saber decir “no” al compañero sentimental por temor a represalias o por miedo a que la otra persona piense mal de nosotros. 

Lo que sucede luego, es que incluso la relación se vea afectada por no saber poner límites oportuna y eficazmente. Y así pasa con las relaciones laborales, familiares, de amistad, etc.

De cualquier forma, debemos ser capaces de aprender a decir “no” para evitar sentirnos obligados o comprometidos ante determinadas situaciones. Esto a la larga solo trae malos entendidos, sentimientos reprimidos y por supuesto, ansiedad.

El reparto de responsabilidades es fundamental para las relaciones de cualquier tipo. Si estás en un equipo de trabajo, con tus amigos, o incluso, con tu pareja, aprende a decir “no” y desarrolla una capacidad asertiva para repartir responsabilidades, saber comunicarte correctamente y expresar tus opiniones, puntos de vista y sentimientos de manera adecuada.

Recuerda que el buen ambiente y buena comunicación son clave si deseas mantener relaciones con tu entorno sanas y plenas.  Evita a decir “sí” a todo solo por compromiso y aprende a decir “no” cuando así lo sientas y deseas.

3. Ten en cuenta algunos suplementos anti-ansiedad

Existe en el mercado una gran cantidad de suplementos que ayudan a reducir los sentimientos de ansiedad. Ciertamente no la eliminan por completo, pero si tienen la capacidad de reducir plenamente cualquier síntoma relacionado a la ansiedad.

Estos suplementos tienen un efecto relajante en nuestro organismo. Por ejemplo, cuando estamos en un proceso de sanar emocionalmente, reflexionar, aceptar emociones y entenderlas, o cambiar de punto o perspectiva todo, en pro de trabajar la ansiedad, tomar uno de estos suplementos predispone al cuerpo a un estado de relajación que al final, contribuye a un mejor entendimiento de las situaciones que nos ponen ansiosos. 

También, son especialmente efectivos en los procesos en donde debemos cambiar patrón de pensamientos negativos en función de mejorar la ansiedad. 

Algunos ejemplos de suplementos que ayudan notablemente en los procesos de trabajar la ansiedad son:

Bálsamo de limón, que es bien conocido por sus efectos contra la ansiedad.

Ácidos grasos Omega 3, cuyos efectos reducen hasta un 20% la ansiedad.

Té verde, que posee antioxidantes polifenólicos, altamente efectivos en contra del estrés.

Valeriana, entre otras cosas ayuda a conciliar el sueño y tiene un efecto tranquilizante.

Manzanilla, cuyas propiedades relajantes son similares a las de la valeriana o té verde. 

En resumen, se trata de suplementos que son altamente recomendados. Sin embargo, puedes consultar con tu médico sobre su ingesta, sobre todo, si te encuentras tomando medicamentos para reducir la ansiedad.

4. Toma nota de todo y colócalo en perspectiva

Es bien sabido que las situaciones que nos causan ansiedad, son mucho peores en nuestra cabeza en comparación con la realidad. Por ese motivo, algo que funciona mucho es escribirlas, leerlas detenidamente y luego colocarlas en perspectiva. 

Por ejemplo, supongamos que tu empleo te causa ansiedad. Quizás el no sentir reconocimiento ni valorado por tus logros te cause tristeza, incomodidad, y por supuesto ansiedad. 

En ese caso, escribe todo lo que te genere esos sentimientos negativos. Luego analiza y míralo desde otra perspectiva. Quizás te des cuenta que esa “falta de reconocimiento” en tu empleo se debe a una baja productividad en alguna de tus labores.

O, al contrario, puede que identifiques que, en efecto, no te han reconocido lo suficiente y probablemente sea hora de buscar otro empleo o conversar con tus líderes en busca de una mejoría en tu trabajo.

De cualquier forma, escribir siempre da mucha más claridad para buscar una solución y evitar sucumbir ante la ansiedad. Esto funciona para cualquier caso, desde el ámbito familiar, o por tu pareja, amigos, etc.

5. Ve al lado positivo de todas las situaciones

Lo mejor para combatir la ansiedad es pensar en “qué pasa sí” y “qué pasa si no”. Es decir, pensar en el peor escenario de cada situación e identificar cualquier aspecto positivo.

No importa lo negativo de cada situación que genera ansiedad. Siempre tendrá un lado positivo y de aprendizaje que vale la pena tener en cuenta, para tratar de poner en orden tus pensamientos y no ceder ante la ansiedad. 

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La ansiedad es un sentimiento que se puede evitar y trabajar para mantenerla en control. La clave es analizar pensamientos personales, tener auto-control emocional y poner en práctica estos consejos para vivir plenamente sin necesidad de ceder ante la sombra de este sentimiento negativo y tóxico.

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